La pasión del papa Francisco por la Virgen Gaucha Nuestra Señora de Luján lo convocó siempre en octubre, cuando era Bergoglio
La pasión del papa Francisco por la Virgen Gaucha
Nuestra Señora de Luján lo convocó siempre en octubre, cuando era Bergoglio
El 18 de febrero de este año se cumplió medio siglo de la muerte de monseñor Anunciado Serafini, obispo de Mercedes en Vigo, España, cuando regresaba al país. Devoto de la "Virgen Gaucha", hizo mucho por su veneración y estableció la peregrinación anual de los gauchos, la que se he venido repitiendo con renovado fervor desde hace más de seis décadas. Cuando se repatriaron sus restos, llegaron a la basílica de Luján -donde reposan- en la carreta La Calandria, escoltados por los gauchos de los centros tradicionalistas El Lazo y El Rodeo.
Desde los albores de la Patria, al producirse las invasiones británicas los paisanos que habrían de combatir en Perdriel, escucharon misa en Luján y llevaron sobre sus corraleros o ponchos, unas cintas celestes y blancas con la altura de la imagen, llamadas "medidas", que proveyó el párroco Montes Carvalho. Sobre la devoción popular trabajó apasionadamente en el siglo XIX el padre Jorge Salvaire, quien salvó su vida de los indios encomendándose a la Virgen y en los últimos años monseñor Juan A. Durán ha dado a conocer en artículos y documentados volúmenes otros aspectos de la veneración a la Patrona de la Patria.
UN SÍMBOLO DE LA TRADICIÓN
Monseñor Durán, con esa amabilidad y solicitud que le es tan propia, hace poco hizo llegar a sus amigos la foto que se reproduce de SS Francisco, tomada informalmente por unos sacerdotes de San Nicolás que lo visitaron, donde el Pontífice parece con la imagen de la Virgen y tomando mate. La fotografía de por sí es un símbolo y un mensaje para los que cultivan nuestras tradiciones criollas.
Tres futuros Pontífices visitaron Luján y rezaron ante la venerada imagen. El primero de ellos el canónigo Juan María Mastai Ferretti, que llegó en una misión encabezada por monseñor Muzzi; oportunidad en la que celebró misa el domingo 18 de enero de 1824. Sin duda, los vecinos y paisanos fueron los feligreses que rezaron con él. Ninguno de seguro retuvo en su mente que ese joven sacerdote era años después Pío IX.
El segundo de ellos, fue el cardenal Eugenio Pacelli, quien en octubre de 1934 visitó Buenos Aires, como Legado Pontificio al Congreso Eucarístico Internacional, quien dejó imborrables recuerdos de esa visita. El 16 de octubre en las vísperas de su partida a Roma, fue a orar ante la Virgen. Poco después fue electo Papa con el nombre de Pío XII.
En tercero de ellos, anualmente visitaba Luján en forma pública al presidir en el mes de octubre la peregrinación anual al Santuario. Silencioso, caminando a veces entre la gente, el arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio recorría el mismo trayecto que los nombrados antes, sin pensar que por esos designios la misa del 7 octubre del año pasado iba a ser la última visita al Santuario del cardenal. En la homilía destacó que "Luján es la casa de fe de nuestra Patria". Hoy, muchos esperamos verlo a Francisco llegar a esa casa de la Virgen Gaucha.
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